NUESTRA LUCHA ES MAS GRANDE QUE LA CASA.

A finales del año 2005, y principios del 2006, la burguesía ha desatado una guerra implacable contra los pobres de nuestro país, imponiendo, a través de la violencia legítima y las leyes hechas a su medida, la construcción de grandes proyectos inmobiliarios. Es así como las
Para facilitar el desarrollo sin freno de las construcciones, se ha argumentado con que el “desarrollo de la ciudad” es primordial en una “sociedad democrática” en donde se respetan los canales institucionales y los procedimientos legales. Para nosotros esta justificación nos demuestra los horrores del industrialismo, la nula voluntad para entregar solución habitacional dentro de la ciudad para los pobres y, por supuesto, los intereses de una clase que lo único que le importa es engordar sus bolsillos. Tras esas mascaradas astutas e hipócritas del “Crecer con Igualdad”, de “Chile, la Alegría ya Viene”, o ahora en las últimas elecciones: “Estoy Contigo”, se esconden los más groseros intereses de lucro y dominación. He ahí todo el sentido de esos bellos principios burgueses: Libertad (para comprar y vender), Igualdad (ante las leyes del mercado) y Fraternidad (entre explotados y explotadores).
Mientras tanto, la \\\"mano invisible\\\" del mercado obligaba a millones de familias pobres a soportar condiciones de existencia viles e inhumanas: hacinamiento, violencia intrafamiliar, jornadas de trabajo extenuantes, prostitución infantil, drogadicción, enfermedad y muerte... tal era el destino que el capitalismo y su actual Democracia de Mercado nos reservaba en las mazmorras del Crecimiento Económico y de la Soberanía Nacional. Sin embargo, en las sórdidas ciudades de este país y del mundo, se organiza de manera subterránea -ya que no salimos en los grandes medios de comunicación, mas cuando robamos, matamos o nos asesinan- una clase formada por personas despojadas de todo, pero que sólo con su dignidad impulsara un nuevo mundo, somos los que luchamos día a día para poder sobrevivir, somos una clase social nacida de la misma explotación capitalista, y por lo tanto, nuestro destino fue y será extendernos por toda la faz de la tierra, llevando con nosotros y nosotras las semillas del cambio social para obtener una sociedad sin clases.
Nosotros ya no creemos en falsas promesas ni en sus prometidas maravillas, ya tenemos nuestra piel curtida por la explotación que sufrimos día a día, por el frío que sentimos en los temporales y por las hipócritas palabras de nuestros patrones, hemos aprendiendo poco a poco que las condiciones que determinan nuestra desgracia pueden ser destruidas con nuestra UNIDAD, ORGANIZACION y LUCHA CONSTANTE.
POR LA UNIDAD DE LOS SIN CASA. LUCHA DIRECTA POR LOS TERRENOS.
¡¡¡¡ARRIBA LOS Y LAS QUE LUCHAN POR VIDA Y VIVIENDA DIGNA!!!!