APST exige responsabilidad, coordinación y compromiso al Serviu
En la reunión sostenida en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo tras la movilización del pasado 30 de agosto, quedó zanjado que el Serviu visitaría y estudiaría los terrenos que los pobladores han propuesto para la construcción de viviendas en cada comuna. En efecto, eso ha ocurrido en Maipú, Peñalolén y La Florida, no así en Huechuraba y Puente Alto, donde los funcionarios gubernamentales se ausentaron. En el caso de Puente Alto, no hubo excusa alguna y el error fue consecuencia de una descoordinación interna del servicio.
La explicación de Ricardo Trincado dejó en evidencia la falta de compromiso y responsabilidad con que todavía está abordando el Gobierno el problema de los/as allegados/as: “yo no le comuniqué a Juan (Morales) de esa salida en particular”. Otro problema expuesto, fue la mala disposición que algunos funcionarios presentan al momento de visitar los terrenos, quienes con suerte se bajan del automóvil a “echar un vistazo” a los terrenos potencialmente edificables.
CUESTIÓN DE VOLUNTAD POLÍTICA
APST fue clara al momento de enfatizar la necesidad de crear un mecanismo de solución al problema de la negociación entre los pobladores y los propietarios de los terrenos. Estos últimos especulan sin tapujos los precios de la tierra, sepultando de esa manera los esfuerzos de cada comité y abriéndole las puertas para el negocio a las inmobiliarias y las grandes constructoras. En ese sentido, APST exigió una respuesta concluyente respecto a lo manifestado por la subsecretaria Paulina Saball en la última reunión: que el Serviu asumiera el papel de entidad organizadora.
En un principio, Trincado se manifestó contrario a la idea, pero luego reconoció que el reglamento deja abierta esa posibilidad al Servicio otorgándole también la facultad de comprar terrenos. En ese escenario los recursos no serían problema. El tema que estaría complicándolo todo es si compran terrenos para comités específicos o compran un “stock” para repartir. Es decir, una cuestión de mera voluntad política que el Serviu deberá abordar desde ya si es que verdaderamente pretende solucionar el drama de los/as allegados/as.
El Serviu argumentó que el repartir los terrenos entre cada comité implicaría un caos que no estarían dispuestos a asumir, ante lo cual los dirigentes de APST respondieron al unísono que “la distribución de los terrenos no puede ser un impedimento” y recalcaron, además, que hoy el principal escollo no es la organización de los/as allegados/as, sino los altos precios de los compromisos de compra-venta y la desigual competencia con los particulares especuladores y las grandes empresas privadas.